El reconocimiento de la independencia de México por parte de Inglaterra fue fundamental, ya que fortaleció su posición en el escenario internacional y abrió oportunidades para el desarrollo económico y político.
Por: Archivo de Indias Veracruz-Sevilla
La independencia de México y en general de todas las colonias españolas en América, fue un tema de gran interés para las potencias europeas, que vieron en estos acontecimientos históricos la oportunidad de ganar terreno económico y político ante la débil posición en la que quedó España.
El reconocimiento oficial de la corona británica a México como país independiente se señala el 6 de abril de 1825, este hecho otorgó a México una mayor legitimidad en la escena internacional y ayudó a consolidar su posición.
También facilitó el establecimiento de relaciones comerciales entre ambos países, lo que impulsó el desarrollo económico de México, y sirvió como precedente para que otros países europeos reconocieran la independencia nacional.
Pero el reconocimiento de los británicos no fue gratuito. Hubo importantes factores, como el gran interés comercial que representaba el mercado mexicano y en general, de la región.
A esto se sumó la debilidad de España tras las guerras napoleónicas y la pérdida de sus colonias americanas, y la recién proclamada Doctrina Monroe, de Estados Unidos, que instaba a las potencias europeas a no intervenir en los asuntos de las nuevas naciones americanas.
Muestra del interés británico, no sólo de su gobierno sino de los comerciantes, así como del seguimiento que desde España se daba al asunto, es el oficio que el embajador español en Londres, Francisco de Cea Bermúdez, dirigió en 1829 a Manuel González Salmón, Secretario de Estado, remitiendo copia de dos artículos del Times, sobre las peticiones de los comerciantes ingleses para que se reconociera la independencia de México, Chile, Perú y Buenos Aires, en aras de establecer nuevas relaciones con dichas excolonias.
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