Desde la época colonial, la ciudad de Orizaba desempeñó un papel fundamental, dada su ubicación geográfica que la convirtió en un punto de enlace y conexión entre importantes regiones
Por: Archivo de Indias Veracruz-Sevilla
Uno de los lugares más importantes de la provincia de Veracruz durante el virreinato fue, sin duda, la villa de Orizaba. Situada en una de las principales rutas comerciales que conectaban la Ciudad de México con el puerto de Veracruz, se convirtió en un lugar de paso obligado para mercaderes, viajeros y funcionarios coloniales.
A diferencia del calor de la costa, Orizaba ofrecía un clima más templado, lo que la hacía un lugar atractivo para establecerse, además de ser una región rica en recursos naturales como agua, madera y tierras fértiles, lo que favoreció el desarrollo de actividades económicas como la agricultura y la ganadería.
Gracias a su importancia comercial y a las condiciones climáticas ya señaladas, Orizaba experimentó un crecimiento poblacional significativo durante la época colonial. Se construyeron numerosas edificaciones religiosas y civiles, como iglesias, conventos y casas señoriales, que dejaron un legado arquitectónico de gran valor histórico.
Y fue precisamente gracias a su creciente importancia que en 1772, el cabildo solicitó a las autoridades de la corona la concesión de un escudo de armas. Además, mediante una consulta de la Cámara de Indias, se corroboró su título de villa, en 1774.
La descripción detallada del escudo de armas de Orizaba puede consultarse en uno de los documentos digitalizados del Archivo de Indias Veracruz-Sevilla.
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