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INVASIONES CORSARIAS EN VERACRUZ

Se dice que los padres, esposos y hermanos de las mujeres ultrajadas intentaron salir a cobrar la afrenta y apresar a estos corsarios con la ayuda de la Armada de Barlovento y así surgió la canción La Bamba, -que relataba una leyenda-, que en una de sus estrofas más conocidas dice “yo no soy marinero… pero por ti seré… por ti seré, por ti seré… soy capitán … soy capitán”.

 

Por Ricardo Homs


Veracruz ha sufrido dos invasiones corsarias que han dejado huella en la historia universal.

Primeramente, en 1568 la llegada de los ingleses John Hawkins y Francis Drake y en 1683 la invasión del holandés flamenco Laurens de Graaf, -denominado también Lorencillo-, y sus socios el francés Michel de Grandmont, así como el también holandés Nikolaas Van Horn.

La llegada de Hawkins y Drake a San Juan de Ulúa significó una importante batalla naval en la que estos ingleses fueron derrotados y salvaron su vida porque no fueron identificados. Esta batalla fue el origen del odio que Francis Drake cobró en contra de España, afrenta que fue cobrada años después, cuando convertido en almirante a cargo de la Armada Inglesa, venció a la denominada “Armada Invencible”, propiedad de la Corona Española.

A su vez, la invasión de Laurens de Graaf fue el origen de la creación de la mundialmente conocida canción “La Bamba”, así como de la construcción de la muralla que circundó la ciudad de Veracruz hasta fines del siglo XIX.



HAWKINS & DRAKE

Era el mes de septiembre de 1568, cuando la expedición conformada por los buques Minion, Jesus of Lubeck, Swallow, Judith, Angel y William, al mando de John Hawkins y su sobrino, el joven Francis Drake, quien comandaba el navío Judith, fueron sorprendidos por una tormenta en el Caribe, que les destrozó uno de los navíos y generó graves daños al resto. Perdieron alimentos y carga que pretendían llevar hasta Inglaterra en el viaje de regreso. Hawkins en la nave capitana Jesus of Lubeck traía pilotos españoles, que le sugirieron enfilarse a San Juan de Ulúa para atracar y reparar los navíos, además de aprovisionarse de víveres para emprender el viaje de regreso a Europa.

Cuando se acercaron al islote de San Juan de Ulúa, que generalmente tenía poco movimiento, pues en esa época la Ciudad de Veracruz se ubicaba a 30 kilómetros de distancia, -en lo que hoy es La Antigua-, mientras el puerto se conformaba por la fortaleza y su muelle y en tierra firme Las Ventas de Buitrón, el conjunto de bodegas y hospedaje que permitía las actividades portuarias.

Los recién llegados encontraron mucho movimiento y prefirieron alejarse.


Para entender la razón de la desusual actividad en la costa, desembarcaron a sus pilotos españoles con la encomienda de investigar. Poco después éstos regresaron para informar que todas las autoridades se encontraban ahí en espera de la llegada del nuevo virrey Martín Enríquez de Almanza.

Hawkins ordenó bajar banderas inglesas y poner las españolas, que habían sido confiscadas a un galeón.

Pronto el alcalde y otras autoridades civiles y militares, encabezados por el alcalde Luis Zegri llegaron al navío esperando ser de los primeros en dar la bienvenida al nuevo virrey y fueron tomados como rehenes. Con esa garantía atracaron en el muelle denominado de “las 21 argollas” ubicado en la fortaleza de San Juan de Ulúa, fortificación que lentamente había empezado a construirse desde 1536.

Habiéndose iniciado las actividades de reparación de los navíos llegó el nuevo virrey con su comitiva y su guardia personal comandada por el general Francisco Luján, en 13 galeones. Hawkins & Drake impidieron al virrey atracar en San Juan de Ulúa, con lo cual iniciaron las hostilidades hasta que se logró la negociación con intercambio de rehenes, que concluyó con un armisticio.

Sin embargo, Enríquez de Almanza no habiendo quedado conforme con la negociación, mandó traer de la Ciudad de Veracruz 300 negros “libertos” y esclavos, -armados con machetes-, quienes se apostaron a lo largo de la costa fuera de la vista de los corsarios.

En las primeras horas de la tarde del 24 de septiembre, mientras en los barcos corsarios se dormía la siesta, el general Luján inició el ataque sacrificando uno de sus navíos, prendiéndole fuego y lanzándolo en contra de los ingleses. Mientras el incendio se iniciaba los bucaneros se lanzaban al agua y nadaban hacia la playa donde los esperaban los esclavos españoles para ultimarlos y a algunos los apresaban.

Francis Drake huyó hacia Inglaterra en el navío Judith y Hawkins lo hizo en el Minion.

Meses después ambos se reencontrarían en Londres, pero llevaban ya el estigma de la derrota a sus espaldas. Casi 20 años después Francis Drake, como comandante de la flota inglesa se enfrenta a la denominada Armada Invencible, propiedad de la corona española.



LA INVASIÓN DE LAURENS DE GRAAF, LORENCILLO, CONTRA VERACRUZ En 1683


La madrugada del 17 de mayo de 1683 una flota corsaria, al mando del holandés Laurens de Graaf y sus socios Michel de Grandmont (francés) y Nikolaas Van Hoorn (holandés) invadieron la ciudad de Veracruz con 10 buques y quizá una tripulación de 1200 hombres.

La ciudad de Veracruz ya se había reubicado en el año 1600, de lo que hoy es la denominada “La Antigua”, al lugar actual, frente a San Juan de Ulúa.

Durante la mañana toda la población fue encerrada en el interior de la parroquia de La Merced, -el templo edificado dentro del monasterio de los frailes Mercedarios-, ubicado en lo que hoy es Independencia esquina con la calle Francisco Canal, pues el edificio de la catedral en esa fecha aún se encontraba en construcción.

A su vez, los prisioneros fueron amenazados de que sólo serían liberados después de que el jefe de familia hubiese pagase un rescate, declarando el lugar de su domicilio o negocio donde estuviesen escondidos sus ahorros.

Para el miércoles el hacinamiento, la falta de alimento, el calor sofocante del mes de mayo, el hambre y la sed, así como el acoso de los piratas que entraban al templo a sacar mujeres sin importar su edad, las cuales eran violadas en la parte posterior del edificio, sembrando así un ambiente de terror, empezó a minar la paciencia de los prisioneros.

Sin embargo, el tiempo presionaba también a los tres corsarios, que traían una licencia para ejercer acciones militares e invasiones, denominada “patente de corso”, que les fue otorgada por el rey Luis XIV de Francia, “El rey sol”. Estos empezaron a temer que el tiempo no les alcanzase y regresara la “armada de Barlovento”, que en esa fecha se encontraba por Yucatán, o que el virrey Manrrique enviase una tropa a combatirlos.

Entonces Grandmont y Van Hoorn sin consultarlo con de Graaf amenazaron a los prisioneros de que para el viernes el templo sería quemado con todos los prisioneros que no hubiesen pagado su rescate, adentro.

Por estar en desacuerdo respecto a esta medida, De Graaf y Van Hoorn se enfrentaron en un duelo de espadas que fue ganado por De Graaf, quien tenía apenas 30 años de edad, mientras su contrincante ya rebasaba los 50.

De este duelo Van Hoorn salió herido y contrajo gangrena, por lo cual, un mes después murió en Isla Mujeres.

Para ofrecer una solución, De Graaf urdió una alternativa que fue enviar a un grupo de notables de la ciudad, comandados por don Juan de Vértil y don Miguel de Arco, para pedir rescate colectivo a las autoridades eclesiásticas de la ciudad de Córdoba, población ubicada quizá a 150 kilómetros de distancia tierra adentro. Sin embargo, las familias de estos enviados quedaron como rehenes. Por tanto, a estos les fueron entregados caballos y provisiones para el viaje.

Para el viernes estos regresaron con el rescate, por lo que todos fueron liberados y se procedió a preparar la huida, que se llevó a cabo entre sábado y domingo, aunque como protección por si llegasen refuerzos militares enviados por el virrey, estos corsarios se llevaron varias mujeres que fueron liberadas en la isla de Sacrificios, ubicada al sureste de la costa veracruzana.

Se dice que los padres, esposos y hermanos de las mujeres ultrajadas intentaron salir a cobrar la afrenta y apresar a estos corsarios con la ayuda de la Armada de Barlovento y así surgió la canción La Bamba, -que relataba una leyenda-, que en una de sus estrofas más conocidas dice “yo no soy marinero… pero por ti seré… por ti seré, por ti seré… soy capitán … soy capitán”.

Sin embargo, está documentados que la Armada de Barlovento, al mando del general Diego Zaldívar, a su regreso de Yucatán todavía se cruzó con la flota corsaria pero sintiéndose en desventaja numérica se mantuvo a prudente distancia sin atacarlos.


A mediados de julio del mismo 1683, a casi dos meses de la invasión de De Graaf y sus socios, el virrey Tomás Antonio Lorenzo Manuel Manrique de la Cerda, Marqués de la Laguna, visitó la ciudad de Veracruz para conocer lo sucedido y ordenó construir la muralla que circundaría la ciudad hasta fines del siglo XIX, en que fue derribada para permitir la construcción de las instalaciones portuarias y además evitar la insalubridad que provocaba, principalmente en el verano.

Está documentado que el gobernador de Veracruz y varios funcionarios fueron sometidos a juicio acusados de haber estado coludidos con Laurens de Graaf para facilitarle la invasión y quizá recibir parte del botín.

Dos años después De Graaf y Grandmont invadieron la ciudad de Campeche repitiendo la estrategia aplicada en Veracruz, apresando a los comerciantes y autoridades y exigiendo rescate.

Posteriormente Grandmont fue reconocido por sus servicios a la corona francesa y el rey le nombró vicegobernador de la Isla de la Española, donde hoy se encuentran Haití y República Dominicana, pero no pudo asumir el cargo pues una tormenta le sorprendió a él y toda su flota y todos perdieron la vida.

A su vez Laurens de Graaf recibió títulos nobiliarios del rey de Francia y la encomienda de sumarse a la conquista de territorios en la costa del territorio ocupado hoy por Estados Unidos en el Golfo de México.

De este modo participó en la fundación de las ciudades de Biloxi, Luisiana, y Mobile, en Alabama, ciudad esta última en la que murió en 1704 convertido en un próspero terrateniente, casado con la legendaria mujer pirata conocida como Anne Die Le Veut.


Referencias: El libro “El tesoro de Laurens de Graaf”, (Ricardo Homs), Editorial Planeta, primera edición 2007.


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Buenos dias.Pueden apoyarme a investigar acerca del esclavo rebelde Yanga,que llegó de Cabo Verde en Senegal África,al Islote de San Juan de Ulúa en 1577 donde fué comprado por el Mayorazgo más grande de la Nueva España Gaspar de Rivadeneyra y encadenado llevado a una estancia ganadera cerca del Pueblo de Yanga, donde daría inició en las Altas montañas a un movimiento rebelde insólito para el México Colonial que dio orígen tras más de 30 años de lucha y resistencia a la fundación en 1609 del Primer Pueblo Libre de la esclavitud en América reconocido por el Virreinato de la Nueva España San Lorenzo de los Negros hoy Yanga, Veracruz México Sitio memória de los Pueblos Africanos y Afrodescendientes declarado…

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