.png)
En el Archivo de Indias Veracruz-Sevilla se encuentra un documento digitalizado que reúne diversos testimonios, cartas, oficios, cédulas, peticiones, etc. sobre el estado que guardaba el comercio en las Filipinas en la década de 1720, y sus repercusiones en la Nueva España.
Por: Archivo de Indias Veracruz-Sevilla
El comercio entre Nueva España y las Filipinas durante el periodo colonial español fue un vínculo económico y cultural de gran importancia. Este intercambio transpacífico conectaba dos extremos del vasto imperio español y generó una dinámica comercial única.
Hacia 1720, esta ruta comercial destacó por su importancia para la corona española; en consecuencia, se suscitaron múltiples situaciones que se debían atender, sobre todo en Nueva España, ya que el mantenimiento de dichas relaciones comerciales impactaba directamente la economía.
En el Archivo de Indias Veracruz-Sevilla se puede acceder a un expediente digitalizado, fechado entre 1720 y 1723, que trata sobre el comercio entre Filipinas y Nueva España; consiste en una serie de cartas, oficios, cédulas y otros documentos acerca de la situación, pormenores y dificultades que significaba el comercio con aquella lejana región.
Los principales productos que se intercambiaban eran sedas y textiles de China, muy valoradas en América, tanto por su calidad como por su exotismo; porcelana también china, utilizada con fines decorativos; especias como clavo y pimienta; objetos de marfil, jade y otros materiales preciosos. Mientras que de América salían plata, tabaco y alimentos como maíz, frijol y cacao.
La importancia de este comercio giraba en torno a las grandes ganancias generadas para los comerciantes involucrados, tanto españoles como filipinos, pero también se dio un intercambio cultural, de nuevas ideas, costumbres y productos.
Como consecuencia, Acapulco se convirtió en un importante centro comercial y puerto; además, El comercio transpacífico contribuyó a fortalecer los vínculos entre las diferentes partes del imperio español.
Cabe señalar que el comercio entre Nueva España y Filipinas estaba estrictamente controlado por la corona española, que buscaba maximizar sus beneficios y reducir los riesgos que enfrentaban los galeones ante los ataques de piratas, lo que aumentaba los costos.
Comentarios